La hoja de ruta para el año próximo está atravesada por el acuerdo con el FMI en términos de déficit y financiamiento.

En una semana el Ministerio de Economía enviará al Congreso para su discusión el proyecto de ley de Presupuesto 2023 que los funcionarios de Sergio Massa siguen trabajando en estos días, que guarda relación con algunas de las cuestiones que se debaten con el Fondo Monetario Internacional en la gira que encabeza el ministro y que indicará cuál será la hoja de ruta que buscará atravesar el Gobierno en el año electoral.
Algunos de los números centrales que determina el presupuesto están cruzados por el contenido de las conversaciones que Sergio Massa y sus funcionarios sostuvieron esta semana hasta este jueves con el staff técnico del FMI. En ese sentido, se descuenta que el Presupuesto 2023 establecerá para el año próximo un déficit primario equivalente a 1,9% del Producto Bruto, lo que implicaría un recorte desde el 2,5% del PBI con el que esa variable finalizaría este año, tal como se comprometerá Massa ante los funcionarios del Fondo.
Los proyectos de presupuesto, además de determinar cuántos fondos tendrá cada área del Estado, incluyendo ministerios, organismos descentralizados o empresas públicas, requieren especificar qué fuentes de financiamiento tendrán para cada caso. Es en ese momento en que aparece en la mesa un segundo elemento relacionado a la discusión con el FMI: cuánto de ese fondeo provendrá de los recursos del Tesoro, cuánto del financiamiento del mercado de capitales en pesos, cuánto del Banco Central y qué porción será por la vía de préstamos de organismo de crédito internacionales.

Uno de los funcionarios que tiene a su cargo el diseño del Presupuesto 2023 es el secretario de Hacienda Raúl Rigo. En los últimos días formó parte de la comitiva de Sergio Massa en los Estados Unidos y estuvo en las reuniones técnicas con el staff del Fondo Monetario. Hay algunos números preliminares que el equipo massista deberá modificar o ratificar y que estaban plasmados en el anticipo presupuestario elevado al Congreso a fines de junio. La hoja de ruta también plantea que el PBI crecería en 2023 en un 3%, lo que marcaría una desaceleración respecto del 4% que aguardaba el ex ministro Martín Guzmán para este año.
En otro plano, el Gobierno ya estimaba que este año superarían los 100.000 millones de dólares anuales, lo que implicaría una suba de 17,4%, mientras que las importaciones orillarían los 90.000 millones de dólares. Para 2023, en tanto, los planes originales del Palacio de Hacienda implicaban ventas al exterior por poco más de 105.000 millones de dólares y compras por casi 95.000 millones de dólares.

Una cuenta sensible en todos los presupuestos es la que determina cuál será la magnitud del fondeo para la obra pública, uno de los factores que el Gobierno identifica como impulsores de la actividad económica. Fuentes oficiales aseguran que la iniciativa que se conocerá dentro de una semana incluirá una partida cercana a los $800.000 millones para proyectos de obra pública.
Este año, aseguran, el Gobierno nacional finalizará con unas 5.300 obras en marcha -un número que duplica al que tenía lugar un año atrás- y prevén que hacia fines de año el porcentaje de ejecución presupuestaria acelerará desde cerca de un 70% que ronda en la actualidad hasta casi un 100 por ciento.