Fabricantes insisten con nuevas listas más moderadas, mientras que las aceiteras presionan fuerte. Los súper siguen firmes en la postura de no aceptar aumentos desmedidos. Tras las publicaciones en X de Caputo, hubo llamados del Gobierno a varias empresas.

Se recalienta el lobby por los precios en las góndolas. Tras los aumentos que quedaron en suspenso por la polémica que se generó desde la salida del cepo, esta semana será decisiva: supermercados y fabricantes de producto de consumo masivo retoman las conversaciones que patearon para los primeros días de mayo.
Luego de las publicaciones en X de Luis Caputo −donde cruzó a Molinos Río de la Plata y Unilever, y luego lo hizo con automotrices−, hubo llamados del Gobierno a varias empresas. De cara a las elecciones, la preocupación oficial gira en torno a la posibilidad de que se apliquen subas desmedidas que impacten en los próximos datos de inflación, tras el salto del 3,7% de marzo.
Tanto el Gobierno como los analistas privados anticipan que el IPC de abril, que se conocerá el próximo miércoles, daría más bajo, teniendo en cuenta que el mes pasado se frenaron los aumentos y no hubo cambios significativos en los precios de alimentos ni bebidas.

Por eso, el martes también el ministro de Economía y el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne, se reunieron con representantes de las principales cadenas de súper −Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y VEA), ChangoMas, Coto, Día y la cámara que las nuclea, la Asociación de Supermercados Unidos (ASU)−, a quienes el titular del Palacio de Hacienda les agradeció por resistirse a convalidar aumentos “excesivos” y les pidió mantenerse firmes en esa postura. “No se enganchen en la idea del aumento por si acaso”, les sugirió.
A partir de la presión del Gobierno, y con la estabilidad del dólar en los días siguientes al levantamiento del cepo –con 11 ruedas de flotación entre las bandas establecidas y en las que el Banco Central no intervino en el mercado cambiario oficial– alimenticias y empresas de productos de higiene y limpieza recularon. Decidieron esperar a rever sus políticas comerciales en función de la evolución del dólar, explicaron.
Pero ahora algunas están volviendo a insistir, aunque con listas más moderadas. Las aceiteras son las que más fuertes se mantienen. El 12% de incremento que pidieron inicialmente lo bajaron a un rango de entre 5% y 8%. Argumentan que se debe al movimiento del precio internacional del girasol –insumo del aceite– y derivados del trigo.