“Que Dios nos ayude” fue la frase de la semana del nuevo Jefe de Gabinete, el ex gobernador tucumano y ex ministro de Salud Juan Manzur, inesperada y sorprendentemente designado por Cristina Kirchner, en un desesperado intento de reorganización de filas luego de la apabullante derrota a nivel nacional que arrojaron como resultado las PASO.
¡Qué Dios nos ayude!
En Jujuy se renuevan tres bancas en las próximas elecciones legislativas y, para que nuestra provincia aporte su granito de arena en el merecido escarmiento nacional de las urnas, es necesario que las tres representaciones que se renuevan -o al menos dos de ellas- respondan a Juntos por el Cambio. Y para ello trabaja denodadamente Gerardo Morales aceitando la maquinaria electoral para consolidar un triunfo de gran relevancia para la causa republicana
Más allá de que otra buena elección para la Izquierda jujeña le daría por primera vez a esta fuerza una representación nacional, no dejaría de ser funcional a la coalición gobernante abrumada por la eventual e inminente pérdida de la presidencia de la Cámara de Diputados, y la pérdida del quorum en la de Senadores.
Todos sabemos con qué pierna renguea la Izquierda ya que no ejercen ningún tipo de oposición frente al kirchnerismo, sino que vienen haciendo el tristísimo papel de segunda marca. De manera que una representación más para la Izquierda le resultaría muy útil al oficialismo. Así que veamos un poco de lo que han venido haciendo en la Cámara de Diputados los legisladores justicialistas, tanto los que se quedan como uno que se va, teniendo en mente que de sostenerse el status quo en el Congreso no nos quedará más remedio que coincidir con Manzur en eso de “que Dios nos ayude”.
MARTIARENA, EL DESCONOCIDO Y DESAUTORIZADO
En estos días la opinión pública se conmocionó ante el trasnochado proyecto de ley del diputado nacional José Luis Martiarena, denominado “Reforma del Sistema Financiero para la Reactivación Económica y Reconstrucción Nacional” que tiene por objetivo nacionalizar todos los depósitos bancarios “para proteger los ahorros” de los argentinos y “recuperar el crédito y reactivar la economía”.
El diputado peronista jujeño propuso “nacionalizar los depósitos y cambiar la política financiera neoliberal de especulación y timba financiera”, más adelante agrega “los bancos y las demás entidades financieras no podrán girar ni utilizar los depósitos y fondos a que se refiere el artículo anterior, sin autorización del Banco Central de la República Argentina, sin perjuicio de atender los retiros y movimientos que sobre los mismos dispongan los titulares”, y asegura que “los ahorros de todos estarán respaldados y protegidos, de esta forma se termina con la usura, abusos y corralitos de los bancos”.
Para fundamentar estos desvaríos chavistas, Martiarena sostiene que “hay que cambiar la política financiera neoliberal de Martínez de Hoz, nacionalizar los depósitos bancarios para recuperar el crédito para la reactivación económica”, para lo que sería necesario redefinir el rol del Banco Central para “una economía social, un modelo nacional de desarrollo humano, trabajo y producción nacional”.
Cabe destacar que la disparatada propuesta no es una invención original del ex intendente capitalino sino que corre en el ADN peronista, tal como corre por las venas de los Martiarena el isabelismo -los más viejos recordarán las pintadas que adornaban la ciudad en los 70 que rezaban "Martiarena e Isabel Conducción contra la traición". Lo trasnochado también es hereditario, al parecer.
Dos veces implementó Juan Domingo Perón esta medida confiscatoria, en 1946 y en 1973, cuyo primer antecedente lo podemos encontrar en Rusia de 1917; también la implementó la Revolución Cubana bajo las directrices del Che Guevara. El resultado siempre fue un estrepitoso fracaso ya que la lógica consecuencia fue la fuga acelerada de ahorros que buscaron refugio en activos extranjeros o fuera del sistema bancario, y un casi soviético desabastecimiento. Si los más jóvenes no recuerdan lo que fue el Rodrigazo, porque no lo han vivido, solo tienen que googlearlo. La nacionalización de las AFJP fue otra variante de este tipo de robo de ahorros.
Ante el estupor generalizado en la opinión pública y las unánimes críticas de los economistas, desde el kirchnerismo salieron inmediatamente a despegarse de Martiarena y publicaron en la cuenta de Twitter del Frente de Todos: "El proyecto del diputado nacional por Jujuy que propone la nacionalización de los depósitos bancarios no cuenta con el aval de las presidencias de la HCDN y el bloque. Es la iniciativa de 1 diputado sobre 117 y no es acompañado por quienes forman parte del oficialismo".
Lerdo, aunque no perezoso, el justicialismo local también salió a desconocer al diputado mediante una senda solicitada que lleva la firma del presidente del PJ vernáculo, recalcando que el mandato de Martiarena está en la recta final y, aunque se reconoce la raigambre peronista de la nacionalización de los depósitos, lo califica de "poco serio".
La respuesta del mercado, si bien no fue catastrófica -como era de esperarse ante semejante ocurrencia a escasos 30 días de una elección que el Gobierno Nacional intenta revertir-, se tradujo en la disparada del Riesgo País por encima de los 1600 puntos. Pudo haber sido peor. Pero hay que estar atentos porque lo que hoy es desautorizado, quizás por el destiempo o tal vez porque el agua está fría -y ya que está terminando mandato lo mandaron a José Luis Martiarena a probarla-, mañana bien podría ser vuelto a desempolvar y presentado como la solución a todos nuestros problemas aunque en el pasado se haya demostrado que no ha funcionado. El peronismo en general, y el kirchnerismo en particular, es muy afecto a re-implementar medidas fracasadas, como el control de precios, el cepo a las exportaciones, el cepo al dólar, el dólar planchado con reservas, la emisión desmedida e irresponsable, lo que se traduce en mayor inflación y en devaluación de la moneda, pauperizando el poder adquisitivo y empobreciendo cada vez más a los que dicen defender.
FERREYRA, EL CAMALEÓN
Como para no perder esa costumbre de cambiar de colores según la ocasión, una vez más el diputado nacional Julio Ferreyra volvió a las andadas y ahora le pegó un portazo en la cara a Guillermito Snopek y se fue a acobacharse bajo los baluartes de Rubén Rivarola, a quien ya había traicionado al abandonar al hombre que le ofreció la candidatura a gobernador, allá por el 2019, para unirse al kirchnerismo -al que se había declarado acérrimo opositor- cuando se disfrazaba de profeta bíblico para la tapa de una revista, tentado quizás por el calorcito que ofrece estar del lado oficialista, tal cual hizo durante toda su carrera administrativa. ¿O acaso alguien se olvida que también fue funcionario del gobierno de Gerardo Morales desde el 2015 hasta que decidió abandonar ese barco también?.
Fiel a la infidelidad de palabra, en uno de esos impredecibles giros cambió su voto en la clave definición por la despenalización del aborto. Sorprendió con el voto positivo a pesar de haberse pronunciado defensor de la vida y de haber procesionado por las calles, en muchísimas ocasiones, en las marchas antiaborto. Si hasta la parcialidad del Pañuelo Verde lo señalaba como un "candidato antiderechos" y lo carpeteaban por su paso como funcionario de la Dictadura Militar.
Dicen que "más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición", y que "un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro, mientras que un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro". Sea por debilidad o por conveniencias, quizás la palabra "traición" sea muy fuerte para este ex funcionario, hoy diputado nacional, a cuya trayectoria le cabe el calificativo de "camaleónica".
MOISÉS, ¿CIPAYA JUJEÑA?
La palabra "cipayo" suele ser utilizada por los kirchneristas como adjetivo de descalificación, generalmente dirigido a la oposición a quien se acusa constante y reiteradamente de trabajar para los intereses foráneos. El término surgió en la época dorada del Imperio Británico durante su estadía en la India.
Los cipayos eran soldados nativos indios reclutados para integrar las fuerzas de ocupación británicas. Y si bien suele utilizarse el término para caracterizar a los nativos de una colonia que simpatizan con los intereses de la metrópolis, estimamos que, por analogía, también le cabe al nativo de una provincia que busca arrebatarle recursos para que su partido se haga con otra fuente de divisas para desplegar más populismo y otra bolsa de trabajo para acomodar militantes.
La diputada nacional jujeña Carolina Moisés se puso las calzas de promotora o porrista, durante esta campaña, para el funesto proyecto de Máximo Kirchner, Marcelo Koenig y Carlos Heller por el que se nacionalizaría el litio jujeño, o al menos se declararía de "interés estratégico" al mineral.
No solo hizo de promotora del proyecto que ahora intenta monopolizar Máximo Kirchner, sino que en su momento ella misma había anunciado su propio proyecto de ley al respecto, junto al gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, y otros integrantes del bloque kirchnerista -como el salteño Santiago Godoy- para declarar al litio recurso natural estratégico y la conformación de "un espacio científico tecnológico y productivo que indique cuáles deberán ser las políticas de comercialización del litio”.
Según los proyectos que barajan en el kirchnerismo que cuentan con la bendición del Instituto Patria, establecen que la intención de declarar el litio como un "recurso estratégico" con intervención estatal, se sustentan en el artículo 124 de la Constitución Nacional. Sin embargo, en el mismo artículo de la Carta Magna se especifica que "corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio".
Lo último que se supo es que YPF creó la empresa YPF Litio S.A., que se propone incursionar en aprovechamiento de este mineral de alta demanda para el proceso de electrificación global y en particular para su industrialización como materia prima de las baterías de los vehículos eléctricos y las energías renovables.
Un descarado avance del Gobierno Nacional sobre los recursos naturales de las provincias en general, y de los jujeños en particular, con la colaboración del cipayaje local.