En un ajustado encuentro, venció 13 a 9 a La Natividad en un emotivo día para Adolfo Cambiasso e hijo

La historia se dio cita en Palermo. Un viernes, para no pisarse con el Mundial de Qatar de fútbol. Para el polo, el Campeonato Argentino Abierto es el mundial. Y el abrazo entre el papá y el hijo de cascos argentinos quedó como foto para todos los tiempos: La Dolfina se impuso a La Natividad por 13 a 9 y conquistó por vez número 15 el torneo más grande del planeta. Para Adolfo Cambiaso, el 18. Y para su hijo de 17 años, el primero. Ya no quedan metas pendientes en la carrera del crack de 47 años.
“Fue mi Abierto más difícil”, sorprendió el número 1. “Porque antes tenía a Pablo, pero ahora tenía que preocuparme por Poroto. Al final, no tenía que preocuparme: ya juega bastante mejor que yo”, justificó Dolfi. Y siguió impactando con lo que dijo sobre el partido: “No lo disfruté. Seguramente lo disfrutaré mucho”.
En la euforia de los palenques, Cambiaso pudo ir más allá, salir de lo inmediato. Y pensar en perspectiva: “Esto un sueño cumplido con mucho trabajo. No puedo creerlo. Tengo que agradecer a María [Vázquez, su esposa], que me permitió este sueño. Más no puedo pedir”, se complació un Adolfito exhausto. Que se dio el segundo gran gusto de la jornada: un rato antes, La Dolfina, con su hija Mia, había logrado el Abierto Argentino Femenino. “Un día impresionante, emocionante”, calificó su viernes Cambiaso. Y hasta tuvo margen para salir de lo polístico: “Ahora, que gane Argentina”, aludí a la selección de fútbol, que este sábado se enfrentará con Australia en los octavos de final del Mundial de Qatar.
A su vez, Poroto expresó con su humildad habitual: “No puedo creerlo: se me dio ganar esto, que todos sueñan. Agradezco a mis compañeros, que me bancaron en todas. Todo es de ellos; si no, no habría sido posible”. Y comentó algo del partido: “Pudimos sacar algo de diferencia, pero estuvimos lejos de relajarnos porque La Natividad es un equipazo”.
¿Fue el desarrollo tal como lo dijo el hijo de Adolfito? En efecto. En el chukker inicial, La Dolfina se impuso por 2 a 0, incluso con más superioridad en el juego que en el tanteador. Tuvo la iniciativa durante los seis minutos y medio casi no dejó que su rival cruzara la línea media de la cancha. Dos penales de 30 yardas de Poroto Cambiaso, que juega su primera final de Palermo, hicieron la diferencia en el tablero. El segundo período siguió con la tónica y el chico de 17 años puso el 3-0 con una estupenda definición, pero a fines de ese parcial empezó a jugar La Natividad, contó con una maravilla de los Splash Brothers para descontar. A Barto Castagnola se le rompió el taco en plena velocidad, sin desentenderse de la jugada dio vuelta el pedazo que le quedaba y se las arregló para efectuar un backhander. Y no cualquier backhander: uno ofensivo, un pase a su hermano Camilo, que se fue al arco para que La Natividad convirtiera por primera vez.
La tercera etapa fue la del despertamiento definitivo del campeón defensor. Jeta Castagnola acertó un penal fácil, pero el gol que sacudió al equipo, y a la final toda, fue el espectacular golpe de cogote de Barto desde unas 80 yardas, alto y muy sesgado, para un 3-5 que terminó de poner en partido al defensor de la corona.
Sin embargo, apareció en escena algo inesperado: Juan Martín Nero, para algunos el mejor defensor de la historia, en faceta goleadora. Muchas veces quedó como delantero, y delantero escapado, y llegó solo a los postes de La Natividad. Cuatro tantos consiguió el back oriundo de Trenque Lauquen, el mayor anotador en la mitad inicial. Con las incursiones del número 4, La Dolfina se escapó a 8-4, otro escenario impensado para la final. Lógica consecuencia de que el conjunto azul tiró 13 veces al arco contras apenas 6 de su adversario, y de que dominara el juego con posesión y desmarques.
El defecto del cuadro multicampeón fue la poca eficacia. Podía estar ganando por algo más diferencia, pero como si tuviera compasión de su club vecino, perdonó. La ocasión más clara fue una huida de Adolfo Cambiaso que terminó con un último toque fallido y la bocha afuera. Adolfito, el padre, lleva la camiseta 1 pero este Abierto de Palermo lo tiene lejos de ser goleador: con el córner que convirtió en el quinto período sumó apenas su noveno tanto en el certamen. A esa altura, La Dolfina se imponía por 10-6, una buena ventaja pero nada decisiva a falta de tres chukkers.
La sexta etapa bajó el ritmo del partido, algo que le convenía a La Natividad. Que se puso a tres tantos en una jugada enredada que definió Barto Castagnola y que tuvo un gesto noble de su primo Cambiaso: Poroto reconoció que había rechazado la bocha una vez que había pasado la línea. El adolescente hizo lo que debía moralmente, y al rato, lo que debía deportivamente: corrió como respaldo a su papá y cuando Adolfito falló en el taqueo su hijo corrigió y resolvió ante el mismo arco, el de Libertador. Importante, para que La Dolfina recobrara la ventaja de cuatro tantos cuando su oponente amenazaba descontar y ponerse a tiro.
El séptimo tramo del partido tuvo poco que ver con el resto, pero siguió siendo ganancia para La Dolfina: un 0-0 entre interrupciones y reclamos que le rebanó 7 minutos a la posibilidad de que La Natividad diera vuelta el resultado. Cuatro goles no son imposibles de descontar en este nivel y menos para el campeón de 2021, pero sí muy difíciles ante semejante rival, que apenas le permitió un tanto por período en promedio.
Y en el octavo y último Camilo Castagnola hubo algo de suspenso con un par de goles y quedaban cuatro minutos redujo la diferencia, tiempo suficiente. Pero aparecieron dos titantes: David Stirling, para conseguir su primer gol en el certamen en 2022, y Adolfo Cambiaso, el grande, el crack histórico, para liquidar la cuestión con su emotivo décimo gol en el campeonato justo frente a sus petiseros y su gente.
La Dofina se impuso por 13 a 9 y se coronó por 15a vez. La 18a de Adolfito Cambiaso, la primera de su heredero Padre e hijo se fundieron en un abrazo de cascos argentinos en el centro de la cancha después del campanazo. Ya no quedan metas para el gigante de Cañuelas.
La Dolfina, campeón también en mujeres. En el partido decisivo de las mujeres del Abierto de Palermo, La Dolfina, el equipo de Mia Cambiaso, Nina Clarkin y Milagros y Candela Fernández Araujo, derrotó por 10 a 6 a La Irenita.