Por Fundación Ricardo Rojas
Un aspecto de relevancia a desarrollar en materia de política exterior, es avanzar hacia el uso de la diplomacia digital como herramienta de las relaciones internacionales, transformando la manera tradicional empleada hasta el presente y facilitando la comprensión de nuevas variables de los escenarios mundiales, regionales y bilaterales actuales y futuros.

En cuestión de años y como un nuevo modelo, nuevas herramientas digitales han sido puntos clave para aportar aún más al progreso de las comunicaciones, la política y las actividades económicas internacionales, con capacidad de mediación entre individuos, organizaciones, empresas y Estados.
La instauración de las relaciones exteriores digitales y su evolución está ligada a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y a las redes sociales, especialmente Facebook y Twitter en nuestros días.
Para desarrollar e implementar la diplomacia digital, el Estado argentino posee antecedentes suficientes que lo habilitan a proporcionar lo necesario para introducirse en el mundo de las TIC y las redes sociales, que dan sustento a la posibilidad de avanzar con logros concretos en las relaciones exteriores multilaterales y bilaterales.
Coincidiendo con Segunda Guerra Mundial y el establecimiento de la Organización de las Naciones Unidas, que constituye la mayor organización internacional existente, el 24 de octubre de 1945, en San Francisco, California, Estados Unidos, desde entonces especialmente las tecnologías han ocupado un lugar preponderante en la política internacional.
El avance en materia de comunicaciones dado la guerra fue notable, tomo como ejemplo que, en 1938, GroteReber construyó una antena parabólica de 9 metros de diámetro que funcionaba en la banda de 2 metros, con la que estableció los primeros radiomapas del cielo, que sirvieron como sistema de comunicación durante el conflicto y en el tiempo de la construcción de la paz y establecimiento de la ONU.
Desde entonces hubo adelantos a pasos agigantados; por ejemplo, en 2019, el gobierno de Estados Unidos incluyó a la empresa china Huawei en un listado elaborado por el Departamento de Estado, que sanciona a entidades extranjeras bajo sospecha de participar en actividades contrarias a los intereses estadounidenses.
Lo ocurrido es un episodio más en una pugna que tiene como principales elementos de valor el control de tecnologías clave para la conectividad basada en redes de alta velocidad y ultrabaja latencia; la expansión de la economía digital; el internet de las cosas; y el uso extensivo de la inteligencia artificial para la gestión de redes de alta complejidad.
Por tanto, se trata de un mayor control de la infraestructura física y virtual detrás de la revolución tecnológica, científica y estratégica en curso.
Las redes de quinta generación (5G), con empresas como Huawei a la cabeza, representa uno de los campos más disputados, particularmente en razón de su estandarización.
En este medio se contraponen intereses económicos inmediatos, pero también modelos de desarrollo opuestos, que compiten en el control de las nuevas tecnologías de la era digital.
Consideramos que se trata de la geopolítica del 5G, escenario en el cual la competencia tecnológica y comercial entre EEUU y China tiene otra manifestación mucho más relevante dada por el control de la información y las comunicaciones, con un componente estratégico central.
La competencia entre ambas potencias es eminentemente tecnológica e industrial, la Nueva Ruta de la Seda y Made in China 2025 son expresiones de ese carácter. Las funciones neurálgicas del 5G están en China, preferentemente, y también en Asia, por cuanto las potencias occidentales no admiten que el conjunto de instalaciones, servicios y medios técnicos que sostienen el desarrollo de actividades.de esta red tenga como soporte hardware occidental y chino, como ocurre con la 4G.
El poder internacional es objeto de transformación en la era de la información, en razón de la doble dinámica entre lo tradicional y lo nuevo.
Se encuentra unido al carácter de la inserción de las sociedades nacionales en las redes de comunicación globales, que juegan un rol en la transformación del poder internacional.
El desarrollo de las relaciones exteriores de Argentina
En este aggiornamento de las relaciones exteriores, la Argentina puede desarrollar sus relaciones exteriores en dicha fluencia comprendiendo, para implementar,
- Que las sociedades presentes de tecnología numérica conforman una red de comunicaciones globales digitalizadas;
- Que el desarraigo y ya no la territorialidad, se presenta de cara a la universalidad del nuevo lenguaje de las redes numéricas;
- La dimensión espacial y temporal y la relevancia de la inmediatez en materia de política internacional, en la era de la cultura momentánea y fugaz;
- La transferencia de la ideología a la identidad en materia de relaciones internacionales;
- La significación de las relaciones en tiempo real. Tema de investigación de sociólogos como Scott Lash y filósofos como Markus Gabriel.
Es preciso asumir dicha transformación en su calidad de interconectividad de la totalidad de los sistemas y tecnologías, para lo cual fue programada esta red. La misma abarca actividades tales como la observación de las plantas nucleares y los misiles, además de la correspondiente a los mecanismos de producción y comercialización, los medios de transporte y la comunicación de las personas, la información sobre ellas; quien la administre tendrá el acceso a las diferentes regiones y países.
La Ronda Uruguay del GATT, en noviembre de 1982, introdujo la liberalización de los servicios, esta realidad predecible es la que Argentina tiene que trabajar porque su presencia está entre nosotros; al respecto se sugiere la lectura de La Tercera Etapa del Capitalismo, Ed. Macchi. Tendrá que tener en cuenta la carrera por la supremacía global factor determinante en la consideración de esta red cuya administración se presenta desde China y la región asiática.
Entendemos oportuno considerar que el medio tiene que ser materia de análisis, por tanto el mensaje está contextualizado a través de él y tomar como referencia al filósofo canadiense Marshall Mac Luhan al sostener que el medio es el mensaje –“the medium is the message”, en su libro Comprender los medios de comunicación: las extensiones del ser humano. Como también, analizar sus libros que dieron un nuevo sentido a la valoración de los medios y de las comunicaciones entre 1960 y 1980, adelantándose a algo que estamos viviendo en el presente.
El medio es “el que modela y controla la escala y forma de las asociaciones y trabajo humanos”, considera este autor que introdujo el concepto de aldea global que bien expresa la sociedad de la información, donde los cambios sociales representan el resultado sobre el ordenamiento de la vida de las personas de las innovaciones tecnológicas, a cuanto añadimos que la comunicación y la información introducen modificaciones en la sociedad más allá de las necesidades verdaderas y los valores del ser humano.
Como, incorporándonos al análisis del mismo autor, en el cubismo no nos preguntamos a qué se refiere, porque el modo de percibirlo es el de la totalidad de una construcción artística; donde es posible interrogarse sobre lo que supone, lo que quiere expresar a partir de datos de la obra, sin perjuicio de que la obra se presenta como un todo y es advertida como tal.
En esta nueva forma de comunicación enseñorea la producción de contenidos antes que la narrativa, que permite entender en el marco de un argumento y de hechos que muestran causas y consecuencias en el seno de conceptos.
Con respecto a la significación de las relaciones en tiempo real, en el nuevo paradigma de desarrollo del poder internacional en la era de la información, Argentina que tiene que aspirar a asumir un papel político de significación en el marco de esta transformación, requerirá desarrollar, además de dotar de contenidos que se correspondan con las exigencias del desarraigo, tanto la inmediatez como las comunicaciones en tiempo real.
El refuerzo de las estructuras de poder y la política exterior de Argentina
Desde la perspectiva de Argentina como país en desarrollo, la dependencia resultante tanto del dominio desigual de las nuevas tecnologías de la información, como de la ocupación por parte de los grandes estados virtuales de los espacios de fluencia que conectan las sociedades en red, es preciso considerar que las nuevas dinámicas y patrones de la política exterior refuerzan las estructuras de poder prexistentes en un proceso de recursividad sistémica entre lo tradicional y lo nuevo.
Por cuanto, dicha actualización requiere persistencia, creatividad y contenidos políticos que sostengan las aspiraciones internacionales de nuestro país.
Una de las funciones de la política exterior es la diplomacia digital
Por ello, es necesario avanzar en una de las funciones de la política exterior que consiste en el desarrollo de la diplomacia digital, como instrumento de crecimiento frente a dependencias innecesarias. Teniendo en cuenta el orden internacional de la era de la información, donde el doble paradigma de la desigualdad y la exclusión tiende a quedar definido tanto por la dependencia material, principalmente con la distribución de las capacidades tecnológicas y la influencia de contenidos o fluencias comunicacionales, como con la estructuración de una jerarquía del poder internacional que renueva viejas relaciones de supeditación.
Argentina puede trabajar y avanzar en sus relaciones exteriores hacia la diplomacia digital como instrumento eficiente y promotor de la inmensidad de nuestros recursos humanos, naturales que posibilitan la producción de alimentos, medicamentos y múltiples industrias, entre otros, científicos, tecnológicos, ante el desafío de la transformación del poder internacional en la era de la información, que no supone una modificación semejante en las condiciones que lo sostienen.
Cabe recordar que la única estima sólida es la que se funda en la verdad, que no corresponde a nadie más que a nosotros mismos como nación y como pueblo, y que la orientación justa es siempre un desafío sustentado en la fe en sus altos objetivos para el bien común y en el trabajo comprometido y esperanzado para alcanzarlo.