Falleció Manuel Alfredo "El Negro" Guerrero, hoy el mundo Gimnasia y Esgrima de Jujuy se dio con la ingrata noticia, el delantero veloz y goleador que supo escribir cientos de vibrantes capítulos en la rica historia futbolística e institucional de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, se fue al Reino Celestial.

El “Negro” dibujó sonrisas en los hinchas del “Lobo” durante años. Sus desbordes, corridas por la banda derecha, asistencias y goles son atesorados en la memoria colectiva de los jujeños.
No solo ofreció lo mejor de sí en el campo de juego, como entrenador y desde su generosidad también supo transmitir su valiosa experiencia a los “lobitos” en las divisiones inferiores del club, sumando su inconmensurable aporte a la difícil y noble misión de cultivar talentos, formando no sólo deportistas, sino también personas de bien.
Gimnasia de Jujuy despide a un hijo, que seguirá viviendo en cada gambeta, en cada picardía, en cada grito de gol, en cada festejo y en cada bandera celeste y blanca que flamee en el “23 de Agosto”.
Manuel Alfredo Guerrero representó lo que era Gimnasia como muy pocos, un ícono de compromiso y lealtad con el Lobo. Nacido en esta ciudad un 28 de agosto de 1965, surgió del club teniendo su debut oficial con tan solo 16 años.
Fue por la Liga Jujeña, en donde de a poco realizó sus primeras armas y sus primeros goles, hasta que por su notable capacidad en ataque (ya registraba más 17 gritos a nivel local) tuvo la posibilidad de jugar por primera vez en AFA en el Regional 1983/84, de la mano de Celso Fernández ante Atlético Ledesma. Poco después, logró sus primeros títulos con el Anual y el Confraternidad de 1985.
Dijo presente cuando al Lobo le tocó dar el paso grande al fútbol nacional, con la clasificación al Nacional B (título de bicampeón de la LJF incluido). Ya en la Segunda División, pudo asentarse como titular y referente. Incluso cuando las cosas se complicaron en lo deportivo y lo institucional, con el descenso y la crisis a finales de la década, se mantuvo firmemente en Gimnasia.
Cumplió con lo que muchos no se imaginarían el día de hoy, volviendo a aportar en la Liga, dando la vuelta nuevamente en el Confraternidad 1989 y viajando por los inhóspitos parajes del Torneo Del Interior, siempre acumulando goles con el objetivo de llevar a Gimnasia de nuevo al fútbol profesional. Fueron años duros, pero con la constitución de una de nuestras mejores escuadras, respaldado por sus amigos Carlos Rosas y Mario Lobo, logró conformar un tridente de ataque para la historia. En el Torneo Del Interior disputó 23 partidos y marcó 13 goles, incluyendo 2 en cuartos de final y 1 en la semifinal. Un año después, fue el goleador del Gimnasia campeón de Nacional B 1993/94, con 14 anotaciones, algunas tan icónicas como a Talleres y Atlético Tucumán.
Así, pudo tener su premio de jugar en Primera División con el equipo de su vida, donde siguió fielmente hasta el año 1997. El 5 de abril de 1997 marcó el último de sus más de 110 goles con la camiseta celeste y blanca, para unas semanas después vestirla por última vez.
Fue un delantero que entre 1982 y 1997 vistió más de 430 veces la camiseta de Gimnasia y Esgrima, anotando más de 110 goles. Entre sus logros se encuentran el Campeonato del Nacional B 1993/94, el ascenso con el Torneo Del Interior 1992/93, dos Torneos Confraternidad y dos títulos de Liga Jujeña.
Vaya en estas sentidas líneas un interminable abrazo fraterno a su familia.
Hasta siempre “Negro” y gracias por tanto.