El incendio forestal registrado en la zona de Yala representa una seria amenaza para la fauna autóctona, ya que numerosos animales silvestres se ven obligados a huir de las llamas y, en esa huida, enfrentan distintas situaciones de vulnerabilidad. Entre los principales riesgos figuran la carencia de alimento, la desorientación, la pérdida de refugios naturales y el peligro de ser atropellados en rutas o agredidos por otras especies, especialmente cuando los focos ígneos avanzan hacia sectores próximos a la población.

La devastación provocada por el fuego también arrasa con hábitats de especies que ya se encuentran en estado crítico o en condición frágil. Es el caso del gato del pajonal y del pájaro rey del bosque, cuya conservación resulta cada vez más compleja. Asimismo, la situación afecta de manera directa a mamíferos de gran porte, como el puma, que precisa de vastos territorios para sobrevivir. La pérdida de estos ambientes podría generar una disminución drástica de ejemplares y, en un futuro, conducirlos a la desaparición.
El siniestro que azotó al Cerro Azul durante cinco jornadas consecutivas dejó un profundo daño ambiental y obligó a gran parte de la fauna nativa a desplazarse hacia zonas más bajas en busca de resguardo. Entre las especies más comprometidas se encuentran los pumas, tarucas y cóndores, todas ellas fundamentales para el equilibrio del ecosistema, el impacto sobre la vida silvestre es inmediato y es necesario extremar cuidados en los alrededores del área afectada.
Recomendaciones oficiales
Ante esta situación, las autoridades emitieron una serie de pautas para la comunidad:
Evitar molestar o intentar capturar a los animales que aparezcan fuera de su hábitat.
Dar aviso inmediato a las autoridades competentes en caso de avistamientos.
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