Varias compañías del país vecino abandonaron sus negocios en el país. Las que quedaron deben registrar sus actividades de manera particular en sus balances por los diferentes tipos de cambio que existen hoy.

Para las compañías chilenas, operar en la Argentina se convirtió en una “pesadilla contable”. La inflación y la brecha entre el dólar oficial y los alternativos hacen que cada vez sea más difícil gestionar una empresa en el mercado local y más complejo contabilizar.
“Desde hace cinco años que la operación debe registrarse en los balances de una manera particular, al cual se le agrega un ingrediente adicional: un tipo de cambio que, concuerdan los expertos, no se condice con la realidad”, describe un artículo publicado en el diario chileno La Tercera.
A pesar de que la Argentina sigue siendo el segundo destino de la inversión chilena en el exterior, luego de Brasil, esos números cayeron en los últimos años: en 2013 ascendía a 1.229 millones de dólares, según datos del Banco Central, mientras que en 2021 fue negativo en prácticamente lo mismo que hace una década: un retroceso de 1.223 millones, detalló el diario chileno.
En ese escenario, varias empresas chilenas tomaron la decisión de abandonar el mercado argentino, como consecuencia de una crisis económica que se agudiza y también de medidas que complejizan la inversión.
En 2009, se retiró Forus (especializada en marcas de calzado, indumentaria y accesorios). En 2021, se fueron la aerolínea LATAM (que dejó el mercado de cabotaje luego de 15 años) y la cadena Falabella (que se había instalado en los '90 y llegó a tener 10 locales en el país). En 2022, se retiró Masisa, la maderera.

Según el socio de auditoría de la consultora KPMG, Claudio Díaz, actualmente existen normas contables especiales para situaciones como las que vive Argentina, como la NIC29 y la NIC 21. “Señalan que se corrija el estado financiero según la inflación", detalló.
"Y como la Argentina está catalogada como hiperinflacionaria, se realiza una corrección monetaria: se reexpresan los balances de la filial al poder adquisitivo de la fecha de corte. Una vez que se hace eso, queda corregido por efecto de IPC”, explicó en la nota de La Tercera.
Con todo, eso permite corregir las cuentas no monetarias, tales como activos, pasivos y patrimonio, pero el problema es que las monetarias -el flujo de efectivo- no se pueden corregir y, al reflejar el poder adquisitivo actual, se desvalorizan. Según expertos, a raíz de esta situación pueden reflejar pérdidas o ganancias adicionales, producto de la inflación.
“Si una compañía mantiene muchas cuentas en pesos argentinos (caja, inversión), se desvaloriza porque pierde valor por la inflación, lo que implica que se registren pérdidas. Por el contrario, tiene mucha deuda en pesos con sus proveedores, esos proveedores percibirán al final, en términos de poder adquisitivo, menos dinero, con lo cual la firma obtiene utilidades”, ejemplifican.

Según datos de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) de Chile actualmente más de 400 empresas chilenas desarrollan más de 700 proyectos de inversión en el país. En los balances, Cencosud -la empresa chilena dueña de las cadenas Disco, Jumbo e Easy- tiene que expresar los datos de la Argentina en dos líneas: una para los ingresos correspondientes al ajuste por inflación del ejercicio en moneda corriente de mismo poder adquisitivo a la fecha de cierre y otra para la conversión de moneda, la diferencia que se da al convertir los ingresos de las subsidiarias en la Argentina al tipo de cambio de cierre respecto al tipo de cambio promedio.
La mayor dificultad viene en el segundo paso: adecuar esos resultados en moneda local a la moneda en que se consolidan los resultados. En el caso de gran parte de las compañías chilenas, al peso chileno.
“Esto es una preocupación que cada día más se discute en los directorios. Es muy común que el tema salga, inclusive hay directores a los que les preocupa porque son conscientes que están firmando y aprobando un estado financiero que cumple con las normas, pero donde eso que muestran no es tan real. Entonces eso incomoda y es lógico que ocurra”, señala el diario chileno.