El Gobierno espera poder acordar en las próximas semanas con el Fondo Monetario Internacional un marco general para avanzar con un desarme del cepo cambiario, aún sin fechas precisas, en un trabajo entre Buenos Aires y Washington que se extendería hasta fin de este mes.

Esto sucede en medio de una reacción adversa en el mercado durante la semana pasada a la falta de una hoja de ruta específica para el desarme de los controles del tipo de cambio.
Los técnicos evalúan niveles de reservas en el Banco Central y de deuda en pesos, pero sin fechas específicas para concretar la medida. Impaciencia en el mercado por definiciones sobre los próximos pasos
Se trata de un ida y vuelta entre funcionarios del equipo económico y el organismo que había sido anticipado por el último informe del staff pero que ahora tomó mayor relevancia y que se desarrolla entre el Ministerio de Economía, en tándem con el Banco Central, y los técnicos del FMI. El Gobierno le hizo saber al staff que no habrá tiempos puntuales para efectuar una medida de esa naturaleza, aunque sí la discusión está basada en establecer “parámetros” objetivos para identificar si el terreno está preparado para salir del cepo.
Aparecen entre esas métricas a evaluar algunos como cuál es la relación entre la deuda en pesos a corto plazo y el nivel de reservas internacionales en el Banco Central, ejemplificaron a Infobae desde un despacho oficial, aunque hay otras mediciones que afinarán hasta fin de mes desde ambos lados.
El FMI pide precisiones y el equipo económico anticipó que solo saldrá de los controles de cambio si registra que no pondrá en peligro el frente inflacionario.
No está claro, por el momento, si esa evaluación que consensuarán desde ambos lados será pública o solo de uso interno para la negociación abierta entre el gobierno argentino y el Fondo Monetario hacia un acuerdo financiero nuevo que tenga, eventualmente, financiamiento adicional.
En el equipo económico confían en tener listo ese trabajo a fines de julio -el informe de staff explicitaba esa fecha como orientativa- pero entienden que el alcance de ese examen no implicará un “paso a paso” para terminar con el cepo sino más bien una referencia sobre la dirección a la que debe enfilar la política económica para conseguirlo.