La industria siderúrgica latinoamericana arrancó el siglo XXI con la ilusión de convertirse en el motor del crecimiento económico de la región, pero, lejos de lograrlo, sufrió un largo estancamiento que hoy ya es una crisis, y el principal responsable es China, advierten en el sector.

Uno de los objetivos que se propusieron países como Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú en 2000 fue desarrollar su sector manufacturero, para dejar de basar sus economías en la exportación de materias primas.
El principal motivo es que, al no tener valor agregado, el comercio de commodities produce empleos menos calificados y de salarios más bajos que la manufactura.
La clave para acelerar la industrialización era la producción de acero, ya que esta aleación de hierro y carbono se utiliza para fabricar casi todo, desde edificios y puentes hasta vehículos y desde electrodomésticos hasta productos electrónicos y tecnológicos.
En tanto, su peso en la escala mundial fue bajando sistemáticamente. En 2023, alcanzó su punto más bajo, representando apenas el 3,1% del stock mundial, menos de la mitad que a comienzos de siglo.
Según los expertos del sector, la crisis se está agudizando, poniendo en riesgo los cerca de 1.4 millones de empleos que genera la industria.
Y el gran culpable de todo -aseguran- es China
Así lo advierte la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), con sede en Sao Paulo, Brasil, que ha acusado a Pekín de "inundar" a la región con su acero barato. "Entre 2000 y 2023 China aumentó su producción de acero en casi un 700%".
"Pasó de producir el 15% del acero del mundo a producir el 54%", dijo, citando cifras de la WSA. Pekín no solo fabrica más acero que todo el resto de los países combinados. Además, lo exporta a un precio por debajo del mercado, haciendo que a los demás productores les resulte imposible competir, denuncia el directivo de Alacero.
"Dumping"
Pocas regiones están padeciendo este problema -que en el mundo comercial se conoce como "dumping"- más que América Latina.
Para entender la dimensión, alcanza con ver cómo cambió la dinámica entre la región y el país más grande de Asia en el último cuarto de siglo.
Como dijimos, en 2000, América Latina exportaba unas 160 mil toneladas de acero a China, y, a su vez, importaba la mitad: unas 80 mil toneladas de acero chino. Pero en las siguientes décadas la situación se revirtió dramáticamente.
Mientras que las exportaciones a China cayeron un 94% para 2023, las importaciones de acero chino aumentaron un 8.690%.