Con goles de Cavani y Merentiel, el Xeneize se lo dio vuelta como local al Ciclón, que se había puesto en ventaja con un gol de penal de Bareiro.

En un encuentro electrizante, que tuvo su tramo más vibrante y lúcido en la primera mitad, Boca Juniors hizo méritos y se quedó con una victoria justa ante San Lorenzo a pesar de haber estado en desventaja en el inicio.
Boca ganó uno de esos partidos de quiebre. De los que pueden cambiar historias. Nunca es fácil San Lorenzo, nunca lo fue, y mucho menos cuando todo viene tan mal aspectado.
Ir perdiendo a los 8 minutos siempre es una mala noticia, sobre todo si se trata de algo evitable. Nunca está de más repetir aquellas palabras sabias de Carlos Bianchi, que decía que es posible ser campeones con jugadores apenas buenos "pero inteligentes" y que en cambio eso se tornaba más difícil con "una estrella sin cerebro".

En el caso de Lema, claramente no se trata de una estrella. Ni siquiera de un buen jugador. Pero es perfectamente aplicable la imperiosa necesidad de inteligencia, que lamentablemente no es algo que se compre y ni siquiera puede entrenarse.
Adam Bareiro, picando un penal, adelantó al Ciclón. Edinson Cavani, tras una gran jugada colectiva, igualó antes del entretiempo (el uruguayo fue reemplazado por una contractura).
En el complemento, cuando se encaminaban a la igualdad, Zenón armó una enorme maniobra con Benedetto y Miguel Merentiel puso el 2-1 definitivo que dejó al Xeneize en zona de clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Los de Boedo quedaron prácticamente sin chances. Dirigió Nazareno Arasa.

Nunca se la puede dar por terminada, pero parece el fin de una larga maldición contra San Lorenzo, que siempre agarra con la guardia baja o aprovecha una simple circunstancia a su favor.
En los últimos años, Boca tuvo que enfrentarlo cierta vez con la Reserva porque la Primera había roto la burbuja, dos veces hubo que ir al Bajo Flores con técnico debutante (Ibarra, con el plantel rebelado tras la salida de Izquierdoz; Almirón), ahora no estaba el arquero titular (¿está claro que Bareiro a Romero no se la picaba?), se rompió en pleno partido Blondel, el árbitro se comió un penal, luego hubo que reemplazar a dos de las figuras... De todo eso se repuso Boca y le rompió el cuello al Cuervo. Le ganó y lo mandó de vuelta desplumado a su casa, adonde sea que quede...