La merma del nivel de actividad también presiona sobre este combustible, a pesar de que cuesta un tercio que el litro de nafta ¿Cuáles son las perspectivas? Crecen las colocaciones de equipos pero en algunas zonas aún no alcanzan a contrarrestar los efectos de la recesión.
Jorge Saad, Secretario de la Cámara de Expendedores de Santiago del Estero (CEPASE) indica que en su provincia los despachos de GNC disminuyeron en los últimos meses a un promedio del 5 por ciento, en relación a 2013, como consecuencia de la situación económica que vive el país.
El metro cúbico cuesta en este distrito entre 4.40 y 4.60 pesos, según la boca de expendio y localidad que se tome como referencia, prácticamente un 33 por ciento por debajo de los combustibles líquidos, ya por encima de los 13 pesos en todas las marcas. Se mantiene la relación histórica con las naftas de 3 a 1 a la perfección.
Saad explica que Santiago no cuenta con gasoductos en algunos departamentos del interior, lo que demora el desarrollo del GNC. Por eso analiza que la actividad no se desarrolla en la misma medida que otras partes del territorio nacional. “No hay un gran crecimiento de las conversiones de vehículos”, sostiene.
De acuerdo a sus cálculos “un 30 por ciento de las estaciones tienen surtidores de gas”, valores menores a la media nacional, si se tiene en cuenta que en la actualidad 2.000 locales ofrecen GNC sobre un total aproximado de 4486, entre líquidos y GNC.
Por otra parte, cabe señalar que los consumidores no tienen facilidades de financiación para la compra de equipos, “que no se consiguen a menos de 10.000 pesos”, indica Saad. Sólo pueden utilizar como formas de pago a futuro tarjetas de crédito, aunque con un interés alto, lo que los hace menos accesibles.
No obstante, en el resto de las provincias el panorama se presenta claramente alentador: el ritmo de transformaciones de automóviles se ubica en torno a 17 y 18 mil unidades por mes, cifra que se aproxima a la época dorada de la industria, a principios de la década del 2000.
Tal es así que los talleres recién tienen turno a 15 o 20 días de solicitar el pedido de instalación. En casi todos los casos operan full time, al máximo de las posibilidades operativos, incluso tuvieron que contratar empleados para afrontar el crecimiento de la demanda. Región Norte Grande